Tren Con Destino…

September 1, 2015

Estoy seguro de que todos hemos escuchado este inicio de frase en innumerables ocasiones, y pertenece al paisaje sonoro que puebla todas y cada una de las estaciones de tren.

La presencia del tren en nuestras vidas es mucho más importante de lo que creemos. En toda la historia el movimiento de personas ha sido constante, desde las tribus nómadas que se desplazaban a pie, allá por el Paleolítico; después empezaron a ayudarse de animales para transportar carga o personas; los animales pasaron a arrastrar habitáculos donde las personas podían desplazarse sin tener que caminar… Hasta que, tras la invención de la máquina de vapor, apareció el ferrocarril. En los dos siglos que han pasado desde su aparición, el ingenio humano ha desarrollado nuevos sistemas de locomoción, pero ninguno de ellos está tan presente en el imaginario colectivo como el tren. Visualmente es un recurso ampliamente utilizado en la cinematografía universal para explicar historias, describir estados de ánimo o mostrar paisajes cuyo eje vertebrador ha pasado precisamente a ser la vía de tren. Uno de los primeros entretenimientos de los niños cuando empiezan a caminar es “hacer trenecitos”, el primer gran juguete es un tren en miniatura (para que jueguen los padres) y los primeros dbujos intentan parecer un tren de vapor. Todavía recuerdo la cara de mis padres cuando vieron aquella obra de arte con la que mejoré el aspecto del pasillo de casa: un tren tirado por algo que pretendía ser una locomotora de vapor, que arrastraba multitud de vagones, de diversos colores y formas, incluso con personas que saludaban desde el interior. ¿A quién no le han intentado nunca explicar la teoría de la relatividad especial de Einstein con el ejemplo del observador que va en tren y el que lo mira desde la estación?

En España hemos vivido durante los últimos 30 años un desarrollo ferroviario sin precedentes en la historia mundial. Miles de kilómetros de vías preparadas para la circulación de trenes de alta velocidad discurren uniendo casi todas las regiones peninsulares con el centro. El relieve español es de los más montañosos de Europa, con la capital sobre una meseta a 600 m de altura sobre el nivel del mar, flanqueada por cordilleras que bruscamente bajan hasta el mar o cobijan ríos de cientos de kilómetros de longitud.

Este relieve ha hecho que la industria ferroviaria española haya tenido que afrontar retos majestuosos para poder simultanear los requisitos constructivos y de circulación de alta velocidad (radios de curvatura, pendientes, etc) con el relieve propio de la geografía ibérica.

Pero todavía hay retos mayores: los que tiene que afrontar cualquier aficionado al maquetismo ferroviario para conseguir encajar un diorama lo más realista posible, en escala HO, en el salón de casa. Quien me conoce sabe que una de mis mayores aficiones es “jugar a trenes”. La falta de tiempo o el exceso de aficiones hace que no pueda dedicar a ésta el tiempo que merece, por lo que tengo que conformarme con diseñar y montar instalaciones temporales con lo que tenga a mano, por ejemplo, con cajas de cartón.

Volviendo a los trenes “de verdad”, la construcción de túneles y viaductos, y su impacto sobre las masas de aguas subterráneas, se ha tenido muy en cuenta. Existen extensas redes de monitorización que proporcionan información sobre los efectos de la construcción de túneles desde el mismo momento del inicio de las obras.

Aproveché un reciente viaje al Pais Vasco para echar un vistazo a estas redes. Acompañado de Cándido García, un geólogo que transmite pasión por el trabajo bien hecho y la sostenibilidad de la construcción, visité uno de los túneles que están perforando en la llamada “Y Vasca”. Cándido me mostró la red de medida de niveles piezométricos y de caudal de agua superficial en los arroyos alrededor del túnel.

Me impresionó la cantidad de agua que se filtra hacia el interior del túnel, y los aforadores allí instalados previos a la depuración de esta agua y su posterior vertido. Todo ello con el fin de asegurar que el impacto sobre el medio ambiente de estas infraestructuras, a priori tan agresivas, sea mínimo.

Finalicé la visita con un doble objetivo cumplido: el primero era ver in situ la aplicación práctica y el objetivo final de los equipos suministrados y evaluar de primera mano, de boca del propio usuario de los equipos, el valor de la información que aportan. El segundo objetivo, un tanto más personal, ver las “pequeñas” diferencias entre la construcción de los túneles de cartón del salón de mi casa y la de los túneles del tren de alta velocidad.

No quiero acabar sin agradecer a Cándido su cordialidad y atención durante la larga tarde que estuvimos juntos. A mí me pareció un suspiro por el interés que me provocó todo aquello que me fue mostrando.

Ramon Quiles