Más años atrás de los que me atrevo a recordar, estuve visitando a un cliente que vendía plantas en el mercado mayorista de Covent Garden. En ese momento mi mujer estaba cultivando unos Lirios Orientales extraordinariamente bellos, los cuales habían sido desarrollados por ella y los había llamado “Grayswood”, en referencia al pueblo donde vivimos. Unas flores enormes y aromáticas y muchísimo más bonitas que los lirios que se venden en lugares como Tesco (cadena de supermercados inglesa).
El problema era que Covent Garden prefería el precio de los lirios de Tesco y eso fue lo que adquirieron. Cuando presioné a mi cliente (la arrogancia de la juventud…) él me contestó “yo pongo el dinero y yo tomo mi decisión”. Bueno, esa fue una lección importante. Afortunadamente, el producto superior ganó y encontró su sitio entre floristas londinenses de alta categoría.
Un cuarto de siglo más tarde los clientes todavía se enfrentan a elecciones similares pero hoy en día son mucho más astutos. Raramente es sólo una cuestión de precio. Factores como la fiabilidad en el proveedor, el conocimiento, el servicio de apoyo y, sobre todo, la confianza, son parte de la ecuación.
En Van Walt y Analab, siempre insisto en que mis compañeros estén bien formados y en armonía con las justificadas exigencias de los clientes. Está claro que cometemos errores, pero dad por seguro que los admitimos y aprendemos de ellos para que el día de mañana seamos capaces de proporcionar un servicio incluso mejor.
Vincent Van Walt