¿Y si esta vez soy yo el que alquila material?

December 28, 2013

Hace algunos días estuve disfrutando de uno de mis mayores placeres: el esquí. Puedo considerarme un esquiador experimentado; hace 30 años que disfruto deslizándome por las pendientes nevadas. Soy consciente de que la alta montaña no es nuestro medio natural, y que debemos tomar todas las precauciones necesarias: desde mantener nuestra forma física de acuerdo con el ejercicio que tenemos previsto realizar, hasta el estado del material que utilizaremos.

Siempre he sido un clásico, y me mantengo fiel al “antiguo estilo de esquí”; esto es, esquís 20 cm más largos que mi estatura con los cantos casi paralelos. Nada que ver con los esquís “carving” que se utilizan ahora. Esto me exige una rutina de conservación de mi material de esquí, puliendo cantos, encerando las suelas, manteniendo las botas siempre limpias y ventiladas y controlando la graduación de las fijaciones en función del tipo de nieve que voy a encontrar.

En esta última ocasión me surgió un contratiempo: una de las botas se rompió mientras me la estaba calzando. Tenía dos opciones: renunciar a esquiar o alquilar unas botas. Evidentemente, no estaba dispuesto a renunciar a un día de esquí, por lo que acudí a la tienda de alquiler de material. La sensación que tuve cuando me puse las botas de alquiler fue fantástica; nada que ver con las duras botas de hace más de 10 años que utilizaba. Debo decir que disfruté del esquí como hacía tiempo que no disfrutaba.

Evidentemente, mi primer pensamiento fue que debía reemplazar mis botas rotas por unas nuevas… Pero hacer la inversión en unas nuevas botas puede hacerme renunciar a varios días de esquí, y no estoy dispuesto a ello.

Así, al día siguiente decidí alquilar no sólo las botas, sino también los esquís. Éstos eran nuevos, de esta misma temporada, con los cantos afilados y las suelas perfectamente enceradas… una gozada!

Al volver a casa, aparte de tirar las botas, decidí guardar los esquís en el trastero. Este año sólo esquiaré con material de alquiler; me aseguran que están en perfecto estado sin necesidad de tener que pulir cantos y encerar suelas en casa. Esquiaré con esquís nuevos toda la temporada sin necesidad de afrontar la costosa inversión en renovar mi material.

Al regresar a Analab, cuando ví los equipos de alquiler que tenemos a vuestra disposición, no pude evitar una sonrisa pensando en cuántos de vosotros vais a disfrutar de equipos de muestreo y análisis nuevos, calibrados y puestos a punto justo antes de enviarlos…